– El karma es la eco que late en cada acción, reflejando siempre lo que sembramos.
– Cada paso que damos envía una señal al universo, y el karma recoge esa información.
– Cuando actúas con sinceridad, el karma registra la verdad y la multiplica.
– La paz interior se cultiva cuando entiendes que el karma trabaja discretamente.
– Al generar bondad, el karma responde con oportunidades inesperadas.
– El karma no retiene resentimientos, solo acumula la energía de nuestras elecciones.
– Una sonrisa sincera puede reconfigurar el karma de uno mismo y de los demás.
– La justicia del karma se mide en la coherencia entre intención y acción.
– Los sueños se alinean cuando la mente reconoce la ley del karma.
– El karma te enseña la lección que la sabiduría no ofrece.
– Los momentos difíciles son simplemente paradas para reequilibrar el karma.
– Cada decisión es una semilla; el karma es el suelo que decide su crecimiento.
– La libertad verdadera se alcanza cuando dejamos de aferrarnos a las consecuencias del karma.
– El karma actúa como espejo, mostrando la autenticidad de nuestro ser.
– Al perdonar, restableces el flujo positivo del karma en tu vida.
– La gratitud abre la puerta al karma, invitando la abundancia a entrar.

– El karma opera en ciclos, pero el cambio comienza con una sola acción de amor.
– La honestidad con uno mismo es la llave que desbloquea el poder del karma.
– El karma celebra la voluntad humana cuando actúa con integridad.
– Cada risa genuine se compensa en un futuro de alegría gracias al karma.
– Cuando alzo mi voz con respeto, sirvo al buen karma y a la humanidad.
– El karma incentiva la responsabilidad de cada pensamiento que cultivamos.
– La serenidad nace cuando aceptas el flujo del karma sin juicio.
– La armonía interior florece cuando el karma es nuestro aliado, no nuestro crítico.