La discapacidad nunca es una deficiencia. Es simplemente la expresión de una fuerza dominante en un área diferente. Cada persona tiene talentos y fortalezas únicas. Algunos pueden ser físicamente diferentes, pero eso no los hace deficientes; al contrario, los hace fuertes y únicos en diferentes maneras. La discapacidad es parte de la diversidad y riqueza de la vida. Tener habilidades y experiencias que otros no poseen es una fuente única de fuerza. Verlo no como una deficiencia sino como una diferencia ofrece una nueva perspectiva tanto para el individuo como para la sociedad. Las personas con discapacidad son héroes que caminan valientemente sus propios caminos y agregan valor al mundo con sus diferencias. Su fuerza ilumina lugares que otros no pueden ver. Ser diferente es la mayor riqueza; la discapacidad es una forma especial de esa riqueza. Estar equipado con una fuerza diferente, no deficiente, hace la vida más significativa y colorida.
La fuerza no está en el cuerpo, sino profundamente en el alma.

Cada persona con discapacidad es el maestro más valioso de la vida.
Ser diferente añade nuevos colores al mundo.

Cada diferencia señala una nueva fuerza.
La discapacidad no es una deficiencia; es una competencia diferente.

Tus fortalezas son riquezas invisibles para los demás.
Nuestras diferencias crean la diversidad y belleza de la vida.
El poder de tu corazón supera cualquier límite.
Cada dificultad oculta una historia de éxito.
Ser discapacitado es mirar el mundo a través de una ventana diferente.