Llevas tu mejor máscara, pero el engaño en tu rostro no puede esconderse.
Aléjate de quienes sonríen a tus espaldas pero te mienten en la cara; son sombras, no amigos.
El poder de los hipócritas está en mentir descaradamente a los ojos de los demás.

Tu lealtad roba tanto honor como tu hipocresía.
La peor traición no es una puñalada por la espalda, sino una sonrisa en tu cara.
Una lengua llena de duplicidad finalmente bebe su propio veneno.

Tu sonrisa es tan falsa como efímera es tu amistad.
Quienes susurran a tus espaldas actúan una obra delante de ti.
La hipocresía es falta de carácter, no un arte.

El enemigo que sonríe en tu cara es el más peligroso.
Llevar un cuchillo en el corazón mientras sonríes en la cara es la mayor cobardía.
La máscara de la hipocresía cae, el verdadero rostro brilla a la luz del día.

El que consideras un amigo es en realidad quien venderá tus secretos.
Proteger tu corazón de los hipócritas es la mayor batalla.
Una persona hipócrita no es ni amiga ni enemiga; solo un peligro.
Las manos que sonríen en tu cara sostienen cuchillos detrás de tu espalda.
La verdadera amistad es el espejo del corazón, no del rostro.
Llevar una máscara de sinceridad es la traición más cruel.
La hipocresía es una enfermedad de la humanidad.
El que sonríe en tu cara pero se da la vuelta detrás de ti es inolvidable.
Los hipócritas proyectan su oscuridad en otros.
No lleves un amigo en tu cara y un enemigo en tu corazón.
Lo que duele no es lo que se dice a tus espaldas, sino lo que se hace en tu cara.
La hipocresía envenena la amistad.
No ignores la oscuridad detrás de la cara sonriente.