El mal es la mayor debilidad de una persona.
Las personas malas se pierden en su propia oscuridad.
Las buenas personas brillan con bondad a pesar del mal.

El mal nunca representa el verdadero poder.
Las malas intenciones eventualmente consumen a su dueño.
Las personas malas intentan apagar la luz de los demás.

El mal es producto de la ignorancia y el miedo.
Las personas malas nunca pueden llenar el vacío en sus corazones.
Alejarse de las personas malas es la mejor defensa.

Las personas malas esparcen su propia infelicidad.
El mal es temporal, la bondad es permanente.
Las palabras de las personas malintencionadas se olvidan con el tiempo.

Perdonar a las personas malas es liberarte a ti mismo.
Quedarse en silencio ante el mal es ser cómplice.
Las personas malas nunca entienden el poder de la bondad.
Cuanto más crece el mal, más profunda es tu propia tumba.
La sombra de las malas intenciones siempre se sigue a sí misma.
El mal se alimenta de la oscuridad del corazón.
El amor hacia las personas malas es la mayor venganza.
Lidiar con personas malas es perder tu tiempo.