Un defecto es una marca única en el estado más puro de una persona.
Nuestros defectos son los colores únicos de nuestra alma.
Es hermoso amar y entender, no buscar defectos.

A veces, la mayor belleza está oculta en los defectos.
Aceptar nuestros defectos es la victoria más suave del corazón.
Un defecto es un pequeño toque que completa a una persona.

Cuando veas un defecto, abrázalo con el poder del amor.
No es la perfección sino la sinceridad lo que deja una marca en el corazón.
Nuestros defectos son el comienzo del amor y la tolerancia.

Ser defectuoso es el rostro más amable de la humanidad.
Un defecto se convierte en una obra maestra cuando es tocado por el amor.
Nuestros defectos son maestros que la vida nos ha regalado.

En lugar de buscar defectos, intenta descubrir la belleza.
Un defecto cuenta una historia en cada corazón.
Quien acepta su defecto se valora más a sí mismo.
La perfección es un sueño; el defecto es el cálido abrazo de la realidad.
El amor oculto en los defectos crea los lazos más profundos.
Un defecto hace a una persona más profunda y real.
Ser original, no perfecto, es valioso.
Un defecto es el poema silencioso del corazón; para quienes saben escuchar.