1. El humor negro de Bukowski pintaba la vida como un cuadro de sombras y luces de risa.
2. Cada línea de Bukowski es un espejo que refleja la crudeza de la realidad sin azúcar.
3. Sus palabras, aunque delgadas, son puentes que conectan el corazón de los que sufren.
4. Bukowski escribe con la tinta de la verdad puro; el lector puede sentirla en la piel.
5. Cuando Bukowski ríe, el mundo suspira, porque él conoce el alivio del dolor.
6. Su voz es la brisa en la ventana abierta, que canta la libertad en el silencio.
7. En la penumbra, el estilo de Bukowski es una lámpara que no se apaga.
8. Cada frase de Bukowski es un microcosmos donde el alma descansa y se siente viva.
9. La palabra de Bukowski no sigue la corriente; rompe la marea con su propia veracidad.
10. Bukowski creó una melodía de metáforas que bailen en la mente de cualquiera que las lea.
11. Cuando sus líneas llegan al lector, el mundo se delimitad con la certeza de la sinceridad.
12. Bukowski tiene la nobleza de fabricar relatos que envejecen pero no pierden su brillo.
13. Sus frases son faros que iluminan el andar de las estrellas nocturnas.
14. En el universo de Bukowski existe un valor puro que al instante transfirma la vida.
15. La dificultad está a la flor de cada expresión Bukowski, en la emoción sin compostura.
16. Sus palabras son un puente con la tabla de la humanidad, donde todos pueden pasarse.

17. Una frase de Bukowski es tan aguda como una canción que arranca el acampador de silencios.
18. Al leer a Bukowski, la gente se abre como una ventana para ver el mundo sin ilusiones.
19. Su estilo es immortalista como la melodía de un sueño que vive para sanear los hechos.
20. Al acercarse a la vida, el drama de Bukowski se convierte en guardia de la honestidad.
21. La cicatriz de sus frases puede ser un rudo algodón que protege la línea del tiempo.
22. El multiplicador de Bukowski lee cada palabra con la vehemencia que se presenta en la vida.
23. Cada ruego de Bukowski es una ventana que ilumina el instante de quienes buscan luz.
24. Pone en el lector un espejo que mira las sombras y la haz de la isla.
25. Con el jugador de las palabras y el dolor, Bukowski invita al lector a un viaje al reportable.