A veces, las personas más silenciosas son las más heridas.
Estaba herido, pero no dije nada… porque no lo habrías entendido de todas formas.
El corazón no duele por romperse, sino porque al otro no le importa.

Escondí mi dolor detrás de una sonrisa para que nadie lo notara.
No dolieron tus palabras, sino tu mirada.
Estar herido no es como romper vidrio, es cuando el causante ni siquiera se corta.

Te hiere más quien más confianza le tienes.
Algunas heridas no necesitan tiempo, simplemente nunca sanan.
Guardé silencio… porque el dolor no le gusta hablar.

Incluso un corazón que ama guarda silencio cuando se rompe.
Perdoné, pero no volví, para no ser herido otra vez.
Crecí con mis heridas… pero nunca volví a ser el mismo.

No es el corazón roto lo que te derrumba, es la pérdida de esperanza.
No digo que estoy herido, pero ya no soy el mismo.
Incluso en mi silencio, mi alma grita.
Las heridas invisibles son las más profundas.
A veces, el adiós más doloroso es el que no se dice.
Ser fuerte no significa no estar herido.
El amor duele cuando no es cuidado.
Las cicatrices del alma son las que más enseñan.